Un mar de anhelos

¡Hola personitas del Universo!

Siento mucho no haber podido publicar entrada la semana pasada, los exámenes quitan bastante tiempo. Pero aquí os traigo un relato que escribí a finales de 2015 ^^.

➽ Esta fantasía nace... de una actividad en el taller de escritura del antiguo foro de Laura Gallego, en la que se proponía escribir un relato con palabras poco utilizadas en español.

Estas son las palabras y sus definiciones (para poder seguir bien la historia):

Connubio (matrimonio), barbián (apuesto, valiente), sapenco (caracol), estafermo (persona que está parada, como embobada, sin acción; ej. piensa en ella como un estafermo), imprecar (manifestar con exclamaciones el deseo de que a alguien le suceda algo malo: en la manifestación se imprecó duramente a los gobernantes), execrable (digno de condena), orate (loco).

Y aquí está el resultado:


El mar se había embravecido con la llegada del ocaso, el viento soplaba con fuerza y las olas hacían temblar el navío.

—¡Arriad las velas! —ordenó el capitán.

Los marineros obedecieron, desafiando a la tempestad.

El capitán se acercó a uno de sus hombres.

—¿Esta tormenta nos desviará del camino? —preguntó con su grave voz.

—No… no creo mi capitán —respondió el otro, intimidado.

Tenía poco más de veinte años y una apariencia endeble, pero había sido capaz de arrebatar a sus enemigos el mapa del Tesoro. No el de un tesoro, sino el del Tesoro, el mayor del que jamás se había tenido constancia, perdido hacía un par de siglos. Y ahora ellos navegaban rumbo a su isla, a su escondite.

Entre los tripulantes el capitán también contaba con otro joven, el cual, a diferencia del anterior, era barbián y apuesto. Paseó la mirada por la nave y lo encontró sentado en la popa, mirando a la lejanía como un estafermo. Solía mostrarse deseoso por navegar; sin embargo, desde que habían emprendido aquel viaje, se limitaba a anhelar la tierra firme.

De pronto, se oyó un sonido atravesando el aire seguido de una explosión en proa.

—¡¿Pero qué…?! —tuvo tiempo de exclamar el capitán.

Otra explosión balanceó el barco violentamente, tirando a alguno de los hombres por la borda.

El capitán buscó más allá de las olas y la lluvia y avistó una bandera roja que conocía demasiado bien. Sintió crecer una repentina cólera en su interior. Era imposible, no podían estar allí, no podían… La verdad cayó sobre él dura y amarga. Se giró bruscamente hacia el débil joven que les había conseguido el mapa.

—¡Tú…! —comenzó a decir amenazadoramente.

Del rostro del muchacho había desaparecido toda inseguridad y ahora esbozaba una perversa sonrisa.

—Lo siento, capitán, pero es el final de vuestro preciado navío y el de vuestra vida…

—¡Tú también morirás! —bramó.

Por toda respuesta, recibió una risa enloquecida y triunfante, semejante a la de un orate. ¿Qué le habría sucedido en la incursión en territorio enemigo? Pero no era momento de encontrar sentido a ese comportamiento execrable. El capitán no pudo más que esperar su muerte, por lo menos digna, imprecando a sus enemigos; palabras que no llegarían a oír...

Y el joven que había admirado, anhelante, la belleza del mar desde la popa, que había deseado tan fervientemente regresar a tierra, se hundió con el navío y su tripulación.


Lejos de allí, en unas costas que el sol comenzaba a abandonar, una joven observaba tranquilamente un curioso sapenco. Con una suave sonrisa, se preguntaba cuándo volvería su amado y cuándo llevarían a cabo su ansiado connubio; ignorando, claro, que su espera se haría muy larga.


Gracias por leer y déjate llevar por la fantasía...

Comentarios

  1. ¡Hola! Muchas gracias por seguirnos ^^. Ya no participamos en la iniciativa de Seamos Seguidores, pero ha sido un placer pasarme por tu blog y seguirte.
    Nos leemos entre mares de estrellas y bosques de fantasía.

    Un saludo!!

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