Un poco de terror en Tardes de Fantasía...
Una tarde de diciembre de 2016, dos buenas amigas empezaron a hablar en broma sobre una angustiante historia de terror. Se hizo de noche y la angustia se hizo real a medida que hablaban sobre una chica y la espantosa situación que le estaba tocando vivir...
Y este es el contexto en el que escribí este relato ^^. Nunca antes había escrito terror (y no lo he vuelto a hacer desde ese diciembre de 2016), no espero que nadie se asuste, simplemente quería transmitir la angustia de esta chica que nos dejó también angustiadas a Rush y a mí. Así que se lo dedico a mi queridísima Alba (Rush), quién sabe si algún día escribiremos algo de terror...
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Entonces se despertó.
En otras circunstancias habría recordado con preocupación todo lo que había sucedido, pero, sencillamente, no pudo. Se despertó en la más absoluta oscuridad y al intentar levantarse y no ser capaz, empezó a desesperarse. Era como si estuviese encerrada en el interior de una estrecha caja, adaptada a su cuerpo. Sobre ella sentía que algo caía en intervalos de pocos segundos; tierra. No estaba segura pero era lo más probable.
Poco después de haber despertado, empezaba a recordar. Pero no quería hacerlo. Recordar en aquel momento podía significar el final de su vida; el tiempo se escapaba de sus manos. Su respiración se aceleró, al igual que su pulso, no pudo evitar gritar y chillar, sin recibir respuesta. Había supuesto que la estaban enterrando, pero ya no sentía la tierra caer sobre la caja.
Consiguió taparse la boca con las manos a pesar de lo limitados que eran sus movimientos. Empezó a llorar, pero, lo más importante, dejó de chillar y de respirar a toda velocidad, gastando el poco aire del que disponía. Buscó su móvil en el bolsillo, no para llamar por teléfono (dudaba que tuviese cobertura bajo tierra), sino para golpear el ataúd con él. Tenía entendido que los objetos metálicos podían llegar a escucharse en la superficie.
Sin embargo, no tenía el móvil con ella; incluso eso se lo habían arrebatado.
No podía calcular el tiempo, pero sabía que pasaba y que con cada minuto que se deslizaba inevitablemente a su alrededor para no volver, el oxígeno que la rodeaba disminuía. En un nuevo arrebato de histeria, cuando ya era más que probable que solo algún paseante pudiese encontrarse en la zona, ella empezó a arañar el ataúd. No tenía esperanza de que alguien la oyese, no tenía esperanza de nada. Simplemente, era su única forma de desahogarse, sentir que al menos estaba haciendo algo y no morir de una manera tan injusta.
Arañó y arañó hasta que sus dedos se perdían entre su sangre. Sus lágrimas habían manchado su rostro y tenía las piernas dormidas. Se sentía atontada y no fue consciente del momento en el que había dejado de torturar sus manos contra la madera. No era doloroso, era asfixiante y desesperante, pero no dolía. Solo sentía que se dormía, que se dormiría y no volvería a despertar.
Varias veces imaginó que el ataúd se abría y toda la tierra que, supuestamente, tenía encima caía sobre ella. También creyó en varias ocasiones que todo era un mal sueño, que en realidad estaba en su cama. Pero entonces recordaba y un dolor que no era físico la hacía estremecerse.
El tiempo pasó, era inevitable. Y algo encima de ella se movió. No podía saber si eran imaginaciones suyas o si estaba sucediendo de verdad, pero un sonido metálico se deslizaba sobre el ataúd. Y sucedió, el ataúd se abrió, pero no cayó tierra. A través de la abertura, cuando ella, que ya se creía muerta, abrió los ojos, se admiraba un hermoso cielo estrellado.
Unos brazos fuertes la sacaron de la tumba y ella se dejó llevar, pensando que ya nada podía ser peor a lo que había vivido. Qué equivocada estaba. Cuando el hombre la dejó sobre el suelo y ella tomó aire, vio quiénes la rodeaban y deseó con todas las fuerzas volver al ataúd. Porque a su alrededor estaban los mismos que la habían intentado matar, cinco hombres musculosos, de sonrisas despiadadas y grandes hachas ensangrentadas en las manos.
Gracias por leer y déjate llevar por la fantasía...
Cuando me dijiste por WhatsApp que ibas a publicar el relato de la chica, esperaba que no te estuvieses refiriendo al relato de "la chica". ¡"La chica"! Todavía me acuerdo de aquella tarde, cuando acabamos hablando de estas cosas y se nos ocurrió escribir una historia de terror sobre ella... (escalofrío).
ResponderEliminarEn fin, una entrada muy siniestra (puedes tomártelo como un cumplido jajaja).
Un beso!!!
Así nadie podrá decir que no he escrito terror nunca jajaja (aunque creo que tengo muchíiisimo que mejorar y el terror no es que me apasione, creo que quedará para otra vida). Recuerdo muy bien aquella terrorífica tarde ^^, ¿se puede saber por qué nos pusimos a crear historias de terror?
EliminarBiquiños de bolboretas!!