Querida Luna...

Querida Luna…

Siempre intenté comprenderte, darte lo mejor de mí y ahora descubro que te alejas, que aunque yo intentaba comprenderte, tú no llegabas a entender mis palabras. Debería haberlo sabido antes, esas noches en las que brillabas resplandeciente y yo te hablaba de mí; ¿cómo no vi que era absurdo que me hicieras caso cuando tu luz o tu oscuridad eran más interesantes que yo?

Nunca traté de ofenderte cuando me hablabas del cielo y yo te decía que yo vivía en la tierra, que me interesaban tus hazañas, pero que también me gustaban las mías. Éramos diferentes, aún teníamos mucho que vivir juntas aunque nuestras vidas poco tuviesen en común. Yo solo quería que comprendieras que aunque tú te sentías sola en el cielo, prefería pasar más tiempo contando estrellas y no llorando por lo oscuras que eran tus noches.

Siempre vi la luz que había en ti incluso durante la luna nueva. Siempre. Pero no notabas que tu luz a veces cegaba, chocaba, dañaba, hería. Intenté decírtelo a través de las estrellas, las nubes y la lluvia, pero creíste que me había vuelto contra ti y ni siquiera me lo dijiste. Lo vi en el cielo, gracias a las estrellas que me lo dibujaron para que lo supiera; lo noté en tu brillo, cuando me dio la espalda y me dejó en sombras.

Creíste que era yo la que te dejaba allí sola en cielo y no viste que tú también me abandonabas en la tierra. ¿Sabes lo que más dolió? Que todo el cielo se riese de mí porque le contabas cómo nos habíamos distanciado, cuando a mí no llegaste a decírmelo. ¿Cuándo nos empezamos a distanciar? ¿Cuándo empezó este círculo sin sentido de hacernos daño y más daño? ¿De verdad vale la pena seguir así?

Querida Luna, sé que no me oirás, sé que creerás que los de la tierra somos egoístas por mi culpa, porque simplemente nuestras luces brillaron en diferentes auroras. Pero quiero que sepas que a pesar de todo, a pesar del daño que me hiciste sin saberlo, del daño que te hice sin pretenderlo, quiero que seas feliz. Quiero que encuentres tu lugar en el cielo, que encuentres tu estrella y tu sol, tu noche y tu día. Quiero que seas fuerte, que no te sientas sola, que aunque creas que eres diferente a las pequeñas estrellas en realidad eso no es malo. Quiero que luches y que no volvamos a pasar por los mismos errores, que aprendas que tu luz es hermosa, igual que los pequeños seres que danzamos en la tierra. Quiero que por fin veas que no estás en el lugar equivocado, solo en el momento equivocado.

Estás en el cielo para iluminar la tierra y yo estoy aquí para contemplar tu luz. Estás arriba para recordar que puedes caer y que caerás y yo estoy abajo porque he caído y al mirar hacia arriba sé que podré volver a subir.

Todo tiene su sentido, incluso que tú y yo llegáramos a conocernos, a querernos y a reírnos juntas las noches de luna menguante.

Querida Luna, si todavía no eres capaz de comprenderme, lo respetaré, pero al igual que deseas encontrar tu lugar en el cielo, yo quiero encontrar el mío en la tierra.

Te volverás a sentir sola incluso cuando las estrellas te acaricien con sus lucecitas, volverás a creer que caerás en la tierra, volverás a dudar de ti y de mí, me volverás a culpar y te volverás a culpar.


Pero a mí me pasa lo mismo, solo quería que lo supieras. Al final no somos tan distintas.


Yo te prestaré mi pequeña luz cuando te haga falta, aunque creas que no es suficiente para ti. Para mí, lo es y seguiré hacia delante con ella, incluso si ya no quieres estar a mi lado; incluso si no vuelves a iluminar mis cielos sin darme una sola explicación.


Resistiré, resiste tú también, Luna.



Estoy trabajando en el Proyecto Luna, en el que uno de los personajes tendrá una relación especial con la Luna, aunque todavía no he decidido si será como os lo muestro aquí o será diferente, todo dependerá del rumbo que tome la historia ^^.
A veces, los proyectos en los que trabajamos nos ayudan a entendernos un poquito más a nosotros mismos, espero que mis palabras te sirvan como siempre consiguen ayudarme a mí.

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Gracias por leer y déjate llevar por la fantasía...

Comentarios

  1. Vinte.
    En cada palabra, vinte.
    E ninguén podería telo expresado mellor.

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    1. Gracias.
      Hoxe máis que nunca pensei en ti e souben que non necesitaba nada máis.

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  2. Eu creo que en lugar de desexarlle o mellor directamente quitaría a Lúa do ceo para que poidera brillar de verdade sin tanta maldade.

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    1. Querida Su, sabes que para facer esas cousas xa te teño a ti ^^.

      Biquiños!!

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