La vida entre dos mundos

¡Hola de nuevo, queridos lectores!
Hoy vengo con un nuevo dilema, y es qué hacer cuando tu vida está en medio de dos mundos. Supongo que os estaréis preguntando qué es exactamente lo que quiero decir. Pues bien, Sindy y yo estamos acabando 1º de bachillerato y, como sabréis, es un momento de grandes dudas con respecto a la carrera que se va a elegir. Nosotras, por supuesto, no somos ninguna excepción. Es por eso que ahora, aunque antes estábamos casi seguras, nos empezamos a plantear otras opciones. Y el resultado es que nuestra vida, en estos momentos, se encuentra entre dos mundos muy diferentes, y si vamos por un camino debemos renunciar al otro.
Así que, pensando en esto y en lo innecesariamente complicada que es la vida, he decidido escribir este relatillo. Porque siempre hay una opción correcta y no debemos dejarnos guiar por el destino, sino por nosotros mismos...


La joven había pasado años y años caminando sin parar por un llano sendero, el camino que había considerado hasta ese momento como el camino de la vida, de su vida. Había permanecido inalterable a lo largo de cientos de kilómetros, y se extendía hasta donde abarcaba la vista, al menos al principio. Ahora la rutina de su viaje se terminaba, y en el horizonte no veía el mismo sendero recto que parecía no tener fin. Pero sí lo tenía, y había llegado a él. Y lo que había al final del aburrido sendero era una bifurcación: podía elegir o bien el camino de la derecha, que subía zigzagueante hasta la cima de una empinada montaña, oculta entre las nubes, de modo que no podía ver qué era lo que la aguardaba; o bien el camino de la izquierda, que se estrechaba hasta casi desaparecer y se internaba por un espeso y oscuro bosque, inmerso en una fuerte penumbra aun cuando en el exterior el sol brillaba con intensidad, y, cómo no, tampoco podía ver qué era lo que la aguardaba.
Después de tanto tiempo siguiendo una dirección concreta, aquel cambio la atemorizaba. ¿Qué ocurriría si escogía mal? ¿Sabría encontrar el camino de vuelta? ¿Acaso eso no le llevaría demasiado tiempo? Aunque, por otra parte, aquello era lo que había estado buscando desde el principio, porque uno de esos dos caminos la llevaría, sin duda, a su destino, tan ansiado.
No podía aguardar más, debía tomar la decisión que marcaría el resto de su viaje. Podía escalar la montaña, haciendo un gran esfuerzo, buscando siempre alcanzar la cima, más allá de las nubes, aunque aquello la dejaría terriblemente exhausta y desconocía si todo su trabajo daría resultados. O podía elegir el bosque, adentrarse en lo desconocido, donde quién sabía lo que se ocultaba, si alegrías o penas.
Suspiró y sonrió. No sabía si tomaba la decisión correcta o si se equivocaba, pero valía la pena intentarlo. Lo único que importaba en aquel momento era seguir adelante, y así lo hizo.

Gracias por leer y déjate llevar por la fantasía...

Comentarios

  1. ¡Hola! Ay... (suspiro, suspiro, suspiro) el camino de la vida o, como me gusta más ;), el camino del destino. Sabes perfectamente que me estoy imaginando esa recta interminable hasta el instituto que además de una metáfora se ha convertido en nuestra manera de actuar. Recuerdo la primera vez que comparamos ese tramo de acera con la vida misma y cómo poco a poco se fue acortando y fuimos llegando al final con más firmeza, sin preocuparnos tanto por el esfuerzo que suponía porque llegaríamos al final.
    Hay que tomar una decisión, seguir adelante. Todos nos merecemos esos momentos de duda, por supuesto, pero eso no puede frenarnos y mucho menos hacernos arrepentirnos.
    Y alejándome del mensaje profundo... ¿el bosque o la montaña? Creo que el bosque iría más conmigo jajaja; aunque más allá del Bosque Oscuro haya un Bosque Oscuro de las Profundidades, hay que intentar ver la luz. Y si no hay luz, pues habrá que crearla ^^.

    Bonitas palabras, Rush.

    Un saludo de tu querida Sindy!!

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    1. ¡Hola, mi querida Sindy!
      Antes de nada, cuando escribí lo del camino de la vida ya lo hice para que recordaras nuestra metáfora sobre la recta de los institutos ;).
      Y en cuanto a lo del bosque o la montaña, explicaré un poco más. Para mí, la montaña representa biología. Es decir, es un camino más claro, porque sé que me va a gustar, pero también más empinado porque tendría que destacar para dedicarme a lo que realmente me gusta. Y el bosque es psicología, un camino más en sombra, donde no sé exactamente qué me espera.
      Y tienes razón, si no hay luz, hay que crearla <3.

      Un abrazo muy fuerte!!!

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  2. ¡Holaaa! Que linda reflexión y sí, me llegó un poco porque yo estoy en la misma situación en mi país, el último año de escuela, saber bien que debo decidir y rendir muchas pruebas que van a definir mi futuro, como que te asusta un poco...
    ¡Saludos!

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    1. ¡Hola!
      Gracias por leer y comentar. Siento no poder ayudarte mucho, de verdad. Y es que es una situación muy complicada y a los estudiantes se nos presiona demasiado. Elijas lo que elijas, espero que sea lo acertado; mucha suerte.
      Un beso!!

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  3. ¡Holaaaa! Primero me parece genial el relato, tienes una narración muy bonita.
    En segundo lugar yo pasé por lo mismo, estaba entre sociología y administración, lo que me convenció es que soy una persona que no puede quedarse parada viendo como la vida pasa, y administración es más de acción y coordinación.
    Si puedo ayudarte encuentra algo que vaya de acuerdo con lo que quieras y como es tu personalidad, yo siento que mi misión en el mundo no es observar comunidades pobres y esperar a que hagan algo, sino comenzar el cambio.
    ¡Besos y éxito!

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    1. ¡Hola Sandra, y muchísimas gracias por tu comentario!
      La verdad es que no lo había visto de ese modo, relacionar lo que vaya a estudiar con mi personalidad... Me parece un consejo muy útil, así que mil gracias. Lo pensaré de esa forma y a ver si consigo salir de dudas.
      Me alegro mucho de que te haya gustado mi relato :D.
      Besos!!!

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