Sindy y Rush - Capítulo 2 (parte 1/2)

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Capítulo 2

Art.º 64 del Código Brujeril

Queda terminantemente prohibido el uso de armas no mágicas que puedan perturbar la paz del Mundo Brujeril, así como armas de fuego o armas blancas.

Era inútil. En el desorden de mi habitación, incluso encontrar un objeto tan importante suponía todo un reto. Me senté en la suave moqueta blanca que cubría el suelo, rodeada por mis libros del colegio. Mi habitación consistía en una cama deshecha, un escritorio repleto de papeles y una silla con la mayor parte de mi ropa.

Me dejé caer sobre el suelo y rodé sobre mí misma, aburrida. Fue entonces cuando la vi, debajo de mi cama, en medio de un montón de papeles. Reaccioné deprisa, tanto que no me di cuenta de que me había movido hasta estar en la penumbra de debajo de la cama. Alargué una mano y cogí, al fin, mi varita mágica, que reposaba sobre un folio blanco y doblado. Sintiéndome satisfecha conmigo misma, la guardé en el bolsillo de atrás de los vaqueros.

Permanecí pensativa unos momentos, mirando aquel papel doblado y mordiéndome las uñas. Y, como una ráfaga, me acordé. Con un sobresalto, miré mi reloj; llegaba tarde, como siempre. Cogí el sobre, salí a gatas de debajo de la cama, desordenando todo lo que encontraba a mi paso (si se podía desordenar más de lo que ya estaba), y me puse en pie de un brinco. No lo pensé dos veces; saqué la varita y la agité dando un golpe seco hacia adelante. Solo esperaba no llegar demasiado tarde.


Me abrí paso entre las filas de butacas, murmurando una retahíla de disculpas a los presentes, y me dirigí a una vacía, reservada para mí, al lado de Sindy, mi mejor amiga. Como de costumbre, ella había llegado puntual y prestaba especial atención al juicio que se celebraba, mientras tomaba sus habituales anotaciones.

―¿Qué me he perdido? ―Le pregunté al sentarme, exhausta y jadeando.

Cada cierto tiempo, Sindy y yo debíamos acudir a un juicio para aprender las normas impuestas por la ABI, la Asociación Brujeril Internacional. Estas normas, aunque demasiado estrictas y puntillosas, eran las que protegían el sostenimiento del Mundo Brujeril, una especie de mundo reservado para brujos y brujas, donde podían mostrar su magia libremente y del que ahora formábamos parte Sindy y yo.

―Nada, un loco ―respondió Sindy―: uso de armas de fuego en el Mundo Brujeril. Como decía, un perturbado.

―Entonces no tardará en acabar ―dije con una sonrisa pícara.

En efecto, tras unas cuantas intervenciones rutinarias y la mención de innumerables leyes del Código Brujeril, el brujo fue condenado a dos años de servicios a la comunidad brujeril, impidiéndole regresar durante ese tiempo al Mundo Tradicional. Y, para terminar, un discurso protocolario a todos los presentes sobre los riesgos del incumplimiento del Código que, cómo no, todos conocíamos. Incluso desconocer las normas era un delito.

Los presentes nos pusimos en pie a un tiempo y abandonamos ordenadamente la sala de juicios, en uno de los departamentos del edificio de la ABI. Aquel era el departamento más amplio, que incluía todos los ámbitos relacionados con las leyes, desde su creación a su cumplimiento.

Sindy y yo continuamos caminando por el pasillo, arrastradas por un mar de brujos. No tardamos, sin embargo, en apartarnos de la multitud para dirigirnos al departamento de comercio.


―Bien, solo falta que firméis y el local es vuestro.

El hombre que nos atendió (un viejo de pelo canoso) nos alcanzó el contrato y un bolígrafo. Sindy plasmó en el folio su elegante y curvada firma que, de alguna forma, mostraba lo bien que mi amiga dibujaba. Se dice que a través de las firmas se puede adivinar la personalidad de las personas.

Firmé y dejé el bolígrafo sobre la mesa. Oficialmente, ya era nuestro. Podría decirse que nos acabábamos de convertir en las dueñas de nuestro pequeño negocio.

―Perfecto ―murmuró el brujo, revisando el documento―, ya solo queda una cosa.

Nos sonrió, mostrando una hilera de dientes amarillentos. Abrió uno de los cajones de su mesa y extrajo unas llaves que, a pesar de estar en perfecto estado, parecían antiguas. Claro que aquellas llaves eran simbólicas; las puertas en el Mundo Brujeril se pueden abrir con magia. Cada puerta de una propiedad privada reconoce únicamente la magia de su dueño.El hombre nos entregó dos llaves, la escritura y una copia del contrato. Tras más formalidades, tan típicas de la ABI, nos despedimos y por fin pudimos abandonar el edificio.


Gracias por leer y déjate llevar por la fantasía...

Comentarios

  1. Hola Sindy y Rush. Me ha gustado mucho este capitulo, me gusta que empiecen con un artículo. La forma en la que escriben el capítulo es fluida y te deja llevar por la historia. Felicidades, sigan así.
    Tengo una duda, ustedes dos escriben el capítulo o lo tienen dividido según el personaje.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. ¡Hola Carol! En este caso yo me encargo de escribir los capítulos de Sindy y Rush los de Rush. La planificación de los capítulos, sin embargo, suele ser conjunta o a poder ser nos encargamos de planificar el capítulo de la otra.
      Y como este es precisamente su capítulo seguro que se pasa por aquí y también te responde :)
      Muchas gracias por tu comentario y nos leemos. Un saludo!!

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    2. Hola Sindy. Muchas gracias por la aclaración. Te he enviado a tu gmail un mensaje que espero contestes. Gracias a ustedes he pensado en volver a escribir.
      Un saludo

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    3. ¡Hola! Ya he visto tu mensaje y no puedo expresar lo feliz que me hace saber que te hemos animado a volver a escribir. Mucha suerte y un saludo!!

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  2. Creo que al dejar yo pasar tanto tiempo entre la lectura se me fue la onda completamente xDD!!
    La narración va muy bien y es entretenida; para nada aburrida (gracias). Últimamente me he puesto a escribir un poco pero eso de dejar de leer durante un tiempo no ayuda en nada X'D
    Sigan con la historia <3
    Saludos :D

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    Respuestas
    1. ¡Hola!
      ¿Te has puesto a escribir? Pues adelante, y si lo que necesitas es un buen libro para ayudarte, ya sabrás dónde queda tu biblioteca más cercana ;).
      Muchas gracias por los ánimos y por todo lo que dices sobre la narración. Si te gustan las historias dinámicas, creo que Sindy y Rush puede ser una buena lectura para ti.

      Un saludo!!

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